lunes, 23 de octubre de 2017


GRACIAS “COMISARIO”



A ti, defensor y promotor del arte, Hefesto señor de todos los fuegos, líder espiritual en el culto al genio, a ti que actúas al margen de la continuidad cultural, a ti que evalúas y dictaminas, que marcas y distingues, que afirmas y sostienes, a ti... mi más profunda pleitesía, mi más hondo agradecimiento.



Gracias por ofrecerme gratificación mediante la identificación. Yo, que soy  “genio incomprendido” que mi obra no es valorada y apreciada, yo, te agradezco tu caudalosa fuente de satisfacción narcisista, te agradezco permitirme entrar en el grupo de los elegidos con una “categoría alfa”, agradezco tu disposición a cambiar mi destino en esta sociedad burguesa, mediante la comprensión y el afecto de la contemporaneidad.



Gracias infinitas por ayudarme a fabricar la contraimagen de artista con afán de aprendizaje individual, de ser un ser que busca en las “fuentes del ser” para poder ejercer mi libertad con respeto a la neurosis cultural actual.

Gracias por hacerme sentir el auténtico compromiso de un arte que se presenta como independiente de las normas sociales con reclamos revolucionarios y con aspiración a una excéntrica autorrealización.



Gracias por encontrar el lenguaje apropiado para definir mi obra rebuscando entre el galimatías de Hegel y los delirios metafísicos de Heidegger y elevarlo a la categoría de ortodoxia sin posibilidad de verificación. Gracias por “encontrar” los medios para lograr la publicación de un impresionante catálogo que dé fe de mi genialidad.



Gracias y mil gracias más por hacer posible que “mis geniales ideas y ocurrencias” adquieran la categoría de obra de arte, incluso sin plasmación física y abrirle las puertas en el “hogar de las musas” para dar fe de que son verdaderas obras de arte, para que la contemporaneidad pueda apreciar y valorar mi caudalosa aportación al embalse del conocimiento y la creatividad.



Gracias comisario de arte contemporáneo.



Mingos Teixeira




jueves, 13 de julio de 2017

EMOCIÓN E IMAGINACIÓN PARA VER ARTE




EMOCIÓN E IMAGINACIÓN PARA VER ARTE

Cuando abrimos los ojos y miramos cuadros, esculturas o fotografías en una exposición, con frecuencia nos ensimismamos y observamos desde fuera. Apenas somos capaces de reconocernos en aquello que estamos viendo e intentamos recordar, con intermitencia, nuestra propia vida, como si esas obras  pudieran referirse a nuestra historia, guardasen puntos de contacto con nosotros o, al menos, nos mostrasen algo fácilmente reconocible y así poder encontrar puntos de referencia que nos permitan encontrarles explicación. Ante una pieza artística siempre intentamos encontrarle algún sentido.

Raramente nos damos cuenta que en cualquier obra de arte, hay mucho más de autoafirmación narcisista que de frívolo altruismo. Esas obras no fueron creadas par nosotros, no están allí para ser ecos de nuestra voz , ni tan siquiera para satisfacer nuestras ansias de conocimiento porque el arte no se dirige a la razón sino a la emoción.

En un primer encuentro, ninguna obra de arte tiene algo susceptible de ser analizado; únicamente debe emocionarnos. Ya vendrá luego el momento de poder ser racionales y analizar el color, la armonía de las proporciones y las líneas, la repetición de los motivos que dan reposo, las maravillas del dibujo o la idoneidad de los materiales utilizados. Todo eso y más se debe tener en cuenta a posteriori porque  el fin del arte no es mostrarnos la verdad de lo que ya es, sino el de buscar esa compleja belleza de lo que nunca podrá ser más que a través del dominio de la fantasía y el sentimiento de las emociones.

Emoción y fantasía son las únicas condiciones necesarias para el primer encuentro con las obras de arte. Por desgracia, ambas facultades, cotizan a la baja en el mercado de las vanidades que caracteriza nuestra sociedad actual. La sensibilidad y las emociones son consideradas verdaderos obstáculos es esa desenfrenada carrera por ser competitivos y poder así alcanzar el olimpo  de los bienes materiales. Lo mismo ocurre con la fantasía pues, aunque todos debutamos en la vida con un plus de imaginación, pronto se encargan de cercenarla, primero en el ambiente familiar y luego en la escuela, para poder convertirnos en perfectos imitadores en el paraíso de las ideas perdidas.

Ante ese panorama, no es difícil admitir, con simpática complacencia, nuestra incompetencia para emocionarnos ante las obras de arte y así digamos, sin pudor: “no la entiendo” , “no me dice nada” o que fácilmente confundamos lo raro con lo bello y lo vulgar con lo auténtico.

                                                                                                                       artemingos@gmeil.com

viernes, 25 de mayo de 2012


CEREBRO: IMAGINA-ON

         No hay computadora en el mundo que se iguale a nuestro cerebro, aún  siendo este utilizado en un escaso 10%  por la inmensa mayoría de las personas. Es gracias a él que somos seres humanos y nos hacemos conscientes de ello  porque  en su “materia gris” se posibilita la feliz unión de dos elementos; impulso e ideación.

         Los impulsos eléctricos que facilitan las ideas en nuestro cerebro hacen posible la razón, canal y fundamento de  la conciencia propia y necesaria para hacer posible  la vieja sentencia socrática: "una vida sin razonamiento es indigna del hombre".

         También la imaginación se desarrolla en nuestro cerebro y su complejo mecanismo nos es del todo conocido, pero la imaginación es básicamente una “re-presentación”, una nueva presentación de imágenes elaborada (parece ser) en el hemisferio derecho del cerebro humano. Mediante esa nueva presentación iconográfica elaborada por la imaginación, se hacen posibles diversas formas de ordenación de las realidades y, consecuentemente, su posterior modificación, transformación, alteración, etc.  Sin la “re-presentaciones” que constituyen la imaginación, no sería posible ningún tipo de conocimiento. 

         Podríamos decir que la imaginación  es el “start” o el “on” que pone en marcha el proceso creativo y mismo facilitar la posibilidad individual de organizar y reorganizar las percepciones, las experiencias, de alterar nuestras visiones, de poder ver el mundo de forma distinta, de facilitar una visión más clara de los problemas así como de poder buscar estrategias y soluciones ante los problemas diarios.

         Aunque no lo suficiente, el ser humano piensa y su pensar se rige por leyes que la imaginación construye. Así, podríamos decir que el razonamiento del pensamiento es también producto de la extraordinaria fuerza creadora de la imaginación. No hay creación posible sin antes ser procesada por la imaginación. Es a posteriori de la idea imaginada cuando podrán ser elaborados los bocetos, los planos o los mapas que faciliten la ejecución de las ideas; sin imaginación no hay progreso posible.


Mingos  Teixeira

jueves, 27 de octubre de 2011

AL ARTE POR LA CURIOSIDAD

AL ARTE POR LA CURIOSIDAD




Porque no somos objetos sino sujetos, nuestro mundo interior y la realidad que nos rodea son interpretados desde muy diversas ópticas. Tanto la percepción como los sentimientos humanos se parecen más a un calidoscopio que a un mecanismo de precisión. Somos similares a ese tubo opaco que poco a poco se va llenando de cuentas de colores para después formar infinidad de figuras variadas. El tubo vendría a ser nuestra personalidad mientras que las minúsculas piedras cromáticas son depositadas en nuestra mente por la tradición, la cultura y los valores de la sociedad en la que nos desenvolvemos.
Si nos acercarnos al maravilloso mundo del arte y dejamos llevar por esa misma curiosidad con la que solemos ver un calidoscopio, a buen seguro, más pronto que tarde, acabaremos siendo fascinados por la magia del color y las figuras artísticas. Tener curiosidad, querer conocer y saber, es la cualidad primordial para asomarnos al mundo de la creación plástica. Debemos comportarnos como lo haría un investigador privado e indagar, buscar, analizar, examinar, en definitiva, ser un poco "curiosi" para armarnos de pasión. Si así lo hacemos, poco a poco, casi sin darnos cuenta llegaremos a la conclusión que el arte e incluso pintar, dibujar o esculpir no es tan complicado como nos creemos, que no es más que el alarde de una habilidad en todos latente, aunque, por desgracia, muchísimas veces la desidia, o sea, la falta de curiosidad nos impida desarrollarla.
Efectivamente, esa actitud de fisgoneo o huroneo artístico hará aumentar nuestras posibilidades, ampliará nuestras experiencias, y a la larga, nos facilitará descubrir que el arte nació del ser humano para aportarle sensibilidad vital frente a la inclemente nada de la muerte y, al mismo tiempo, para oponerle un denodado anverso a esa terrible y suicida aspiración de la actual sociedad del ocio por “matar el tiempo”. La creatividad (artística, literaria, científica, tecnológica, etc.) es la más eficaz arma de los mortales para luchar contra el miserable y cobarde miedo a vivir.

Mingos Teixeira

Artista Plástico y educador

artemingos@artemingos.com

viernes, 12 de noviembre de 2010

LA CREATIVIDAD INFANTIL EN PELIGRO

La creatividad infantil en peligro


Un centenar de expertos relacionados con el mundo infantil han mandado una carta al periódico The Daily Telegraph donde indican la preocupación existente sobre el crecimiento de las depresiones y trastornos del comportamiento infantiles.

Al parecer, el grupo de expertos indica que la combinación de determinada publicidad encauzada hacia el mundo infantil, los juegos de ordenador, videoconsolas y la peligrosa comida basura, originan que la creatividad infantil se asfixie, incluso para jugar.

La explicación que nos proporcionan los expertos es la siguiente, al parecer nuestra sociedad sufre un cambio continuo en los ámbitos culturales y tecnológicos, algo que el cerebro del niño (aún en desarrollo), no puede asimilar adecuadamente.

Por otra parte también ponen de manifiesto que la comida basura o “fast food” incide en su modo de vida y que es necesario cambiar estos hábitos para volver a una comida sana. Asimismo, el sedentarismo frente a la videoconsola, la pantalla del ordenador o de la televisión, propicia un mayor aislamiento, una menor comunicación y un estilo de vida impropio de los pequeños. Además, el tiempo dedicado a esas actividades es restado a las actividades creativas e imaginativas. Los niños/as, cada vez tienen menos necesidad de usar la imaginación -entendida esta como la capacidad de crear imágenes en el cerebro- porque todas las imágenes se las damos ya elaboradas.

El conjunto de expertos denuncia estas situaciones, dietas deficientes, carencia de ejercicios físicos, relaciones sociales, sedentarismo mental, en fin, un gran conjunto de problemas que se da en todos los países desarrollados. Añaden en el escrito que los niños no utilizan la imaginación y que existe un posible atraso de tres años a nivel intelectual con respecto a otros niños de la misma edad de hace 15 años.

Valorar la niñez es importante y necesario, velar por el adecuado desarrollo intelectual de los infantes es tarea de todos si queremos evitar que las generaciones venideras no se conviertan en “vagos mentales”, faltos de curiosidad e imaginación, dos de las cualidades más relacionadas hasta ahora con los niños pero, de seguir así, en verdadero peligro de extinción.


Mingos Teixeira (Educador y artista plástico)

viernes, 24 de septiembre de 2010

EL LENGUAJE DE LAS IMÁGENES

EL LENGUAJE DE LAS IMÁGENES





La acción de comunicarse con alguien, generalmente, la asociamos con un intercambio verbal entre un locutor y un interlocutor; con el lenguaje. Raramente relacionamos las señales visuales como verdaderos e imprescindibles elementos de la comunicación pero, a pesar de ello, los sociólogos sostienen que algo más de un 80% de la información que recibimos es de tipo visual, o sea, mediante imágenes de todo tipo: fijas, en movimiento, reales, virtuales, reproducidas, etc.



El lenguaje visual es de tipo primario y hasta los animales la emplean cuando, a través de sus colores, atraen a las hembras para el apareamiento. También, muchos mamíferos -especialmente los simios- manifiestan su estado de ánimo mediante gestos y expresiones faciales. Las señales visuales están presentes en nuestra vida constantemente, pensemos, por ejemplo, en las señales de tráfico o en la televisión. Determinadas expresiones de nuestra cara e incluso posturas, pueden constituir igualmente señales visuales: de alarma, agresividad, sumisión, alegría, etc. A una persona la percibimos por su imagen, por su forma de vestir, de peinarse, de andar o de comportarse. Todo eso, nos sirve para hacer juicios de valor sobre las personas y las cosas. Estamos, de esa forma, haciendo actos de comunicación visual, actos en los que empleamos un lenguaje; el lenguaje visual.



En arte se emplean las imágenes para la expresión artística y, todo proceso de creación plástica, culmina con la comunicación de una idea, un sentimiento, una emoción o un mensaje que el artista desea transmitir, bien sea este meramente informativo, recreativo, expresivo o estético. Las imágenes son pues un medio de comunicación utilizadas por el ser humano, empleando los lenguajes específicos de la pintura, la escultura, el cine, el diseño… pero siempre, siempre, pretendiendo tener un significado, una carga emocional o racional que despierten en nosotros sentimientos y emociones.







viernes, 28 de mayo de 2010

ANALFABETOS VISUALES

ANALFABETOS VISUALES




Vivimos en la era de la comunicación visual. En la última centuria el ser humano se ha dotado de numerosos inventos que posibilitan esa comunicación: televisión, ordenador, fax, satélites, etc. Artilugios que hacen posible transmitir y recibir imágenes casi en tiempo real.

Esa profusión de medios técnicos, que en teoría facilitan una mayor información y conocimiento sobre el lenguaje visual, contrasta, paradójicamente, con el generalizado analfabetismo visual que profesamos en nuestra sociedad.

Esta afirmación que a bote pronto puede parecer un poco subida de tono, puedo constatarla diariamente en mi actividad como educador en materia plástico-visual en numerosos centros educativos. Nuestros discentes, a niveles de once, doce, trece y más años, saben muy bien manejar un ordenador, mantener una video-conferencia con sus antípodas o el nombre en inglés del último video juego de moda pero, al mismo tiempo, desconocen las palabras y el significado de icono, analogía o información objetiva, por poner algunos ejemplos.

Puestos a buscar “culpables” de esa ignorancia visual, sería muy fácil citar a docentes y educadores como principales responsables de ese estado de cosas. Pero, aunque toda la sociedad, por error u omisión, gozamos del mismo nivel de desidia en esta materia, no son los educadores a nivel individual, sino los políticos y los tecnócratas del ministerio de turno quienes a través de sus continuas y desafortunadas reformas educativas, realizan sin éxito continuos cambios que ignoran la educación visual.

Hoy por hoy, la educación plástico-visual continua siendo una “materia residual” en los planes de estudio, una denostada “maría” que por no tener, no tiene educadores preparados para impartir los escasos minutos concedidos en el currículo escolar.

Es de sospechar que detrás de todo esto existe “algún poder” al que no le interesa cambiar ese estado de cosas. Algún grupo oligárquico al que le resulta más rentable la existencia de una población ignorante en materia de comunicación visual porque, de ese modo, podrán seguir manipulando la información, seguirán teniendo dóciles consumidores para su causa consumista y engordar consecuentemente sus “vacas suizas”. No existe, además, ningún frente crítico ante esas imposiciones visuales que originan en gran medida males como el consumo de drogas llamadas tabaco o alcohol, o ese otro ideal estético de “esqueletos vivientes” origen de la anorexia y la bulimia y un largo etcétera difícil de condesar en este espacio. Una manipulación visual causante también de hacernos vivir en un frenético ir y venir de mensajes visuales que frenan nuestra capacidad de distinguir entre la realidad de la imagen y la imagen de la realidad.

Sí, evidentemente, la invención de aparatos que permiten la reproducción y transmisión de imágenes en movimiento inauguró la era de la “comunicación visual” y posibilitó con ello innumerables avances científicos y tecnológicos, pero por otro lado, la ignorancia visual y el mal uso de esos medios, permiten la propagación de un culto voyeurista a las imágenes de un nuevo ser, el “Homo Telespectador”: manipulado, seducido e ignorante de los verdaderos fines de todo ese empacho visual.


Mingos Teixeira